Mariposas

escaleras


Es 23 de febrero y cumple 17 años. Comenzó el día entusiasmada,  ante lo que esperaba que fuera una gran jornada, aunque, con el paso de las horas,  todo se fue difuminando hasta el punto de rozar la más absoluta normalidad. Sólo había recibido las felicitaciones de sus padres en el desayuno y una ligera promesa de ir el fin de semana a cenar al italiano que tanto la gustaba y que habían descubierto al llegar a la ciudad, aunque seguro que luego quedaba en agua de borrajas. Siempre estaban ocupados.

Apenas conocía a nadie más porque se habían mudado hacía escaso medio año, y la verdad, la costaba mucho hacer amigos, y más sintiendo la profunda melancolía y tristeza por los que había dejado atrás. ¡Les echaba tanto de menos!

A pesar de que cuando se despidieron se habían prometido, a sangre y fuego, que mantendrían el contacto, la verdad es que la distancia empezaba  a  hacer mella y tampoco se habían acordado de la fecha. Ni una simple llamada. Ni un escueto mensaje de texto.

Desde que llegó del instituto se había refugiado en su habitación. Ni siquiera había comido. Total…, se encontraba sola – sus padres no llegarían hasta la tarde de trabajar –  y no tenía apetito. Había subido de dos en dos las escaleras y había hecho volar su mochila hasta el centro de la estancia, tumbándose en la cama y poniéndose los cascos del mp3 con música ambiental hasta que por derribo – junto a la acción del sollozo – se había quedado dormida.

La despertó su madre a las 8 de la tarde, indicándola que tenía visita. La miró extrañada porque no esperaba a nadie. Se imaginó que igual la habían preparado una fiesta sorpresa, aunque a medida que se dirigía a la puerta bajando las escaleras comprendió que no era así.

Se giró y con una insinuación de cabeza interrogó a su madre porque no entendía nada.

– Está en el porche. No ha querido entrar – la dijo ella que estaba justo detrás de ella y que se dirigió a la cocina para no molestar.

Abrió la puerta y allí, ruborizado, se encontraba Alejo. Su compañero de pupitre, con el que no hablaba mucho, y uno de los chicos más guapos de clase. Entre sus manos una cajita pequeña que rápidamente le dio, a la par que la soltaba un beso en la mejilla y susurraba un Felicidades en bajito. Acto seguido se marchó como alma que lleva el diablo entre el campo de centeno que rodeaba la casa, tan rápido como pudo, no sin antes incrementar el rosado de sus mejillas por la enorme vergüenza que le daba lo que acababa de hacer.

Ella se quedó petrificada. Casi ajena a lo que acababa de suceder.  Tocándose la cara con su mano derecha, como si pudiera mantener para siempre el beso que acababa de recibir. Antes de entrar abrió la caja con cuidado y de ella salió una mariposa preciosa, amarilla y verde,  que volvió a emprender su vuelo con rumbo indefinido. Sin duda era el mejor regalo que la habían hecho jamás.

Al entrar de nuevo en casa se quedó apoyada en la puerta y pensó que su día se había arreglado definitivamente.

11 thoughts on “Mariposas

  1. “A pesar de que cuando se despidieron se habían prometido, a sangre y fuego, que mantendrían el contacto, la verdad es que la distancia empezaba a hacer mella y tampoco se habían acordado de la fecha. Ni una simple llamada. Ni un escueto mensaje de texto”. Esto es tan real, loco e irónico al mismo tiempo. Antes, cuando no existía tanta tecnología ni formas de contacto, la gente se mantenía en contacto, y ahora, que las hay mil y unas, la gente se cuelga y jamás vuelve a saber de sus amigos u.u
    Buen relato, por cierto 😉
    Yo le sacaría la parte que dice “y uno de los chicos más guapos de clase”. No aporta nada, solo hace que el relato parezca inverosímil. El simple Alejo, el compañero de banco con el que no hablaba mucho, queda bien.
    Humilde opinión.

    ¡Saludos!

    1. Lo primero, gracias por el comentario porque sinceramente te doy la razon en todo, has destapado las dudas que me provocaba a mi el relato y no puedo estar mas de acuerdo contigo.
      Espero seguir leyendote y que sigas pasando por aqui.
      Muchas gracias de nuevo!!!

  2. Finalmente puedo ver los bloggeros/as que me siguen; wii!!
    Te agradezco profundamente que seas una huésped, de mi modesta
    cantina ^^.
    Confío en que mis relatos no te aburran y te impulsen a marcharte.
    Un Saludo y hasta la próxima.

    1. Gracias a ti por pasarte por mi redaccion melancolica…

      Y no sufras, que no me ire, que sufran los personajes y remuevan conciencias y tripas.

      Saludos compañero!!!

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